La capacidad de ser amable es fundamental en la vida de las personas, es una característica que se adquiere desde temprana edad en nuestra vida y se practica a lo largo de esta, considerado un pilar indispensable en la búsqueda de relacionarnos apropiadamente con otros sin importar el lugar ni las circunstancias. Inculcarles este valor social a nuestros hijos les ayudará a entenderse mejor con otros y a respetar a las personas acercándose a ellas con una actitud benevolente y positiva. Es por eso que en esta ocasión te explicamos cómo enseñar a tu hijo a ser amable y la importancia que la amabilidad tiene tanto a nivel social como personal.
¿Qué es ser amable?
Se considera amable a una persona cuando ésta posee cualidades que le permiten ser gentil, afectuosa, cariñosa, agradable y respetuosa con otros al momento de interactuar con ellos de forma interpersonal.
Es una de las características mejor valoradas de un individuo al repercutir directamente en todos sus círculos, dando una imagen de alguien que es educado y tolerante con otros a través de valores como la generosidad y la empatía.
La importancia de la amabilidad
Si bien la amabilidad es una parte importante de las relaciones con terceros, también lo es para nuestro desarrollo como personas al sacar lo mejor de nosotros en lo que sea que hagamos, manteniendo un pensamiento positivo en todo momento y mejorando la salud mental de la mano de una buena autoestima.
Ser amable también es ayudar a otros y realizar gestos de bondad con el objetivo de inspirar a más personas con nuestros pensamientos y atenciones, conectando unos con otros y abriéndonos puertas que nos acercan a la meta de un mundo mejor.
¿Cómo enseñar a tus hijos a ser amables?
Todo padre desea que sus hijos se conviertan en hombres y mujeres de bien, una de las habilidades que más les ayudará en el futuro es ser amables con las personas; enseñar a tu hijo a ser amable desde la niñez e impulsarlo a mejorar en su adolescencia les permitirá ser apreciados y queridos a donde quiera que vayan.
A continuación, te daremos algunos consejos que te serán de gran utilidad para enseñar a tu hijo a ser amable con la intención de que adopten este estilo de vida y sepan afrontar las adversidades que se le presenten de la mejor forma posible.
Mostrar empatía
La empatía es un valor de gran importancia al permitirnos entender cómo se sienten los demás, comprendiendo sus problemas y brindándoles el apoyo que necesitan en esos momentos.
Un gran impulso para que nuestros hijos sean amables es enseñarles a ponerse en los zapatos del otro, hacer que se den cuenta de que cada uno tiene sus limitaciones y problemas con el fin de que en próximas ocasiones ayude y motive a sus cercanos que pasan por un mal momento.
Enseñar paciencia
La paciencia es la capacidad de saber atravesar situaciones con calma y sin alteraciones emocionales, siendo de gran ayuda para aprender a tolerar la frustración a lo largo de la vida.
Enseñarle a tu hijo a no caer en la desesperación y tomarse las cosas con tranquilidad lo ayudará a entender mejor la relación causa-efecto de las situaciones y a no caer en la ansiedad, teniendo una actitud amable cuando algo no salga como esperaba o quería.
Manejar los sentimientos negativos
Ser amable también implica tener un buen conocimiento de las emociones, gestionando tanto las positivas como las negativas para que no afecten nuestra vida diaria ni las relaciones que tenemos con otras personas.
Un buen consejo para trabajar la amabilidad de tu hijo es guiarlo a la estabilidad emocional, enseñándole que es normal sentirse mal a veces mientras sepa en qué momento y con quién puede externarse.
Esto le dará un mejor dominio de sus emociones negativas y lo ayudará a adaptar su comportamiento de acuerdo al lugar donde se encuentre, transformando sus sentimientos en experiencias de aprendizaje.
Enseñar con el ejemplo
Por último y quizá el consejo más crucial, si quieres enseñar a tu hijo a ser amable demuéstrale lo bueno que es para su vida con el ejemplo, recuerda que los hijos siempre aprenderán observando a sus padres y lo que hacen, sin importar que sea positivo o negativo, ellos lo imitarán.
Con acciones cotidianas como ceder el paso a un adulto mayor, ayudar a alguien en problemas, hablar respetuosamente con otras personas, ellos adoptarán este comportamiento educado y gentil que los convertirá en personas más amables en el futuro.
Enseñar a tu hijo a ser amable no es un proceso que ocurrirá de la noche a la mañana, se requiere de práctica y tiempo para lograr desarrollar esta actitud; siguiendo estos consejos y brindándoles el apoyo adecuado lograremos que la amabilidad sea parte de ellos y la transmitan a todos los que lo rodean.